Festival de El Escorial, caos un año más
Festival de El Escorial, caos un año más
El año pasado, la Comunidad de Madrid se acordó sobre estas fechas del Festival de Verano de El Escorial e improvisó una programación que resultó un absoluto desastre, tal y como recogieron entonces los medios de comunicación. De hecho, originó una queja del Ayuntamiento de San Lorenzo reflejada en sus actas e incluso una interpelación parlamentaria en la Asamblea de Madrid.

Auditorio-Teatro de San Lorenzo de El Escorial
En esta edición parece que la Consejería tropieza con la misma piedra redactando un contrato de dirección artística por 10 meses con más de 45.000€ de presupuesto, que, según parece, se ha adjudicado a Doña Paloma Concejero.
Así se recoge en el pliego publicado por el portal de la contratación pública de la Comunidad de Madrid, en el que figuran como responsabilidades “la dirección artística del Festival Internacional de Verano de El Escorial 2023 así como de las actividades que se programan a lo largo del año en el Teatro Auditorio de San Lorenzo de El Escorial y el Festival Miradas Flamenkas 2023”. El primero se celebrará entre los meses de agosto y septiembre y el segundo entre noviembre y diciembre en Vallecas. Como refleja el propio Portal, Concejero ya fue directora artística de Miradas Flamenkas en noviembre de 2020.
El año pasado encabezaba la propuesta del Festival una gala en homenaje a Teresa Berganza, hija adoptiva de San Lorenzo fallecida en mayo de 2022 en esta localidad. Raquel Lojendio, Carlos Mena, Alicia Amo, Cristina Faus, Jone Martínez, Auxiliadora Toledano y a los pianistas Javier Carmena y Julio Alexis Muñoz protagonizaron el concierto, solistas dignos, pero lejos de la talla y renombre que merece la memoria de la mezzosoprano.
Tanto este concierto como la propia realización de la segunda edición del festival no estaban previstos y su organización fue resultado de la improvisación. En vista de la resolución tardía de la adjudicación de la dirección artística y el perfil profesional de Concejero, más prolífico en el terreno audiovisual que en la gestión cultural, se da pie a especular que su contratación se ajusta más a un trato de favor interno que la preocupación por una proyección internacional un día existente y hoy lamentablemente perdida.
El Teatro/Auditorio de San Lorenzo de El Escorial nació con la idea de que sirviese como ejemplo de una de las formas en las que la CAM podría cooperar con las empresas privadas compensando sus esfuerzos fiscales en la Comunidad con la potenciación de su imagen y, en este sentido, se pensó que una fundación rigiese sus destinos, lo que nunca llegó a producirse por razones largas de explicar en estas líneas. Durante los primeros años se hizo cargo de programación y gestión la propia Comunidad de Madrid, para luego cederse a varias empresas sucesivas y se ofrecieron conciertos y óperas a nivel internacional, con artistas -cantantes, orquestas, directores de escena y orquesta, etc. de primer nivel.
El proyecto inicial implicaba actividad todo el año como sede de una orquesta, con festivales en Navidad, Semana Santa y verano con los mencionados lugares históricos como sedes complementarias. “Don Carlo” sería el emblema años tras año y muchos grandes artistas que actuaron en el Auditorio mostraron su interés por estar presentes y ligados. Así el propio Muti, Gardiner, Giancarlo del Monaco, Ruggero Raimondi y hace unos meses Jonas Kaufmann.
Habría podido ser un reclamo internacional mucho más potente que Glyndebourne, más cerca de Madrid que éste de Londres y con muchas más posibilidades escénicas, pero parece no haber altura en la CAM para recuperar el proyecto inicial. Si quieren ideas, quedo a su disposición. Gonzalo Alonso
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